Sin quererlo me entero que convive con un hombre desde hace ya varios años, por como se expresaba daba a entender que era mujeriego (perro) y que además es de esos a los que las mujeres los buscan para sacarles dinero. En medio de la charla nos confeso a los que estábamos presentes que si no fuera por la necesidad que tenía de que le colaborara con las vueltas y el dinero para que su único hijo ingresara en la policía (increíble estamos en un país donde se desea tener armas y poder sin importar cómo), ya lo hubiese sacado de sus vidas; por cierto, bastante interesado de su parte, pero como toda esposa abnegada piensa que ella se merece a su esposo más que las otras.
Cuando su hijo nació, los médicos no le dieron muchas esperanzas de que sobreviviera, lo mantuvieron en una incubadora durante un mes. Ella como toda madre que aprecia la vida de sus hijos, estuvo pendiente mientras su hijo estuvo hospitalizado, cuando lo dieron de alta, ella lo recibió lo llevo a casa, los médicos le decían que debía mantenerlo cerca de ella, para que su calor lo ayudara a terminar de desarrollarse como era debido. Al principio de su estadía en casa, debía colocarle ropa y pañales especiales, ya que el niño todavía no tenia piel. Dice ella: "Parecía una ratica, lo mantenía acurrucado en mi pecho, mientras yo realizaba las labores en el restaurante donde trabajaba."
No es posible imaginarse que una mujer como ella llevase de aquí para allá en medio de su pecho un ser tan delicado como hasta el momento estaba su hijo. Sin embargo ella lo cuenta con mucho orgullo. Comenta que durante los primeros meses, nadie se había dado cuenta, solo lo notaron el día que escucharon el llanto de algo que parecía un gato. Así fue como vio ella que le salían las uñitas, que se le formo la piel y que el aspecto le fue cambiando hasta tener la apariencia de un niño normal.